Hagamos un poco de ejercicios lógicos:
Si te quiero, no haré cosas que te hagan daño.
Si me burlo de tu confianza, te hago daño.
Entonces, si me burlo de tu confianza, no te quiero.
Cuando un conocido quiebra nuestra confianza, molesta.
Cuando un ser querido lo hace, duele.
Y cuando le negamos la confianza a alguien, queda un vacío.
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