Fue la última vez que él escucharía su voz. "Sabes que te voy a amar siempre" fue lo último que ella pronunció antes que él colgara el teléfono. No pudo más, unos segundos después habría tenido que confesar lo que en realidad sentía y eso es algo, que el orgullo no le permitía.
Ahora, solo y con la luz apagada repetía la grabación que guardaba de aquellas últimas palabras. Perdido en un loop infinito, recordaba su voz, su calidez, su ternura. La ilusión de acaso volverla a ver alguna vez, insinuaba una leve sonrisa en sus mejillas.
"Sabes que te voy a amar siempre"
Y si acaso "siempre" sería algo más de dos, cuatro o quizás siete meses - se preguntaba.
Una vez intentó llamarla, pero todo salió mal. Quizás había sido su voz, o quizás solo fue que la había sorprendido, pero la noto tan seria, tan lejana, que las palabras jamás salieron. Quería decirle que la extrañaba, que la soledad dolía sin ella, pero el orgullo una vez más le había jugado una mala pasada.
Atrás y play... atrás y play... solo aquellas palabras tenía para recordar. Si acaso esas palabras sirvieran como paracaídas en un salto sin fin.
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